Estando en casa, me pongo a pensar:
y de amor me vuelvas a hablar.
Estando en la escuela, te empiezo a extrañar;
llega la tarde y a ti en la esquina del colegio
no te he vuelto a encontrar.
Pasan los días, un inmenso dolor me rodea,
será el destino o lo nuestro es un amor prohibido.
El destino nos separó, por ser prohibido
nuestro amor...
prohibido por Dios, para no causarnos
tú y yo más dolor.